Escondido en una calle lateral sin pretensiones en el distrito 1, Zwölf Apostkeller es una cervecería de estilo antiguo engañosamente cavernosa, escondida en una bodega centenaria.
Perfecto para hacer una parada si estás buscando dónde comer en Viena después de un largo día de turismo. La comida aquí es abundante, puramente austriaca y el menú viene en inglés, por lo que para los viajeros es una opción perfecta para familiarizarse con los platos vieneses.
Aquí puedes conseguir todos los platos clásicos vieneses y austriacos: Pork Knuckle, Käsespätzle (como macarrones con queso pero mejor), Schnitzel, Tafelspitz y algunos platos para compartir de carne y queso con verduras en escabeche si te apetece un poco más de picoteo.
Si somos honestos, la calidad de la comida no es increíble, pero en términos de los mejores restaurantes en Viena por su ambiente y opciones de comida tradicional, este es el más confiable.
La ventaja adicional es que es enorme, por lo que siempre tiene opciones para una mesa. Muy útil para planes de última hora.
Definitivamente deberías venir aquí solo por la bodega histórica en sí, con restos que datan de 1339, arcos góticos del siglo XVI y la hermosa fachada barroca del siglo XVIII.
A menudo hay artistas en vivo con violines y movimientos de baile y todo es muy festivo. Realmente, es Viena en pocas palabras: histórica, deliciosa y las mejores cosas están escondidas lejos de la calle principal.
La experiencia
Buenas raciones, un servicio muy amable, que hasta se animan a hablar algunas palabras en castellano. Pedimos tres platos y una sopa típica para probarla ( muy recomendada) precios normales pero muy bueno todo.
